las vasijas de barro calleron en plena calla empedrada
el Nagual habia caido sin más, preso de una fiebre que olia mal
las mujeres que lo vieron caer se rieron sin ayudar,lo dejaron al paso.
Hubo un joven de unos veinte años , que vivia frente al suceso
lo alzo del brazo y lo metió en su casa, ahi lo curo con yerbas
bebio the de cala ( pozo el agua) y le vendo la pierna herida que poco sangraba
cuando pudo recordar y hablar , este le platico su vida, su dolor y amor
el joven entendió todo, ya que el habia visto a la muerte
y por ello, el sabia de curaciones y rezos
cuando estuvo fuerte en caso de diez noches, el Nagual se despidio sereno
como era, camino de nuevo ahora sin nada que vender.
antes de depedirse,lloró como lloran los hombres
y el otro Nagual, igual ya que lo vio como a un Nagual
solo un Nagual ve a otro
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